lunes, 21 de diciembre de 2009

VESTIMENTAS ROMANAS



La vestimenta habitual de los romanos, desde los tiempos más antiguos, era la toga. Todos los ciudadanos que nacían libres la llevaban, y, originariamente, tanto las mujeres como los hombres. Habían diferencias de color y de ornamento según las edades, rangos y funciones, pero la forma de la vestimenta era idéntica para todos. Habitualmente, la toga era de lana blanca, los magistrados y -en la Roma de los primeros tiempos- los reyes, cuyos magistrados son, cada uno por su lado, sus herederos parciales, llevan una toga adornada con una banda púrpura tejida paralelamente en el borde. Es la toga pretexto, con la que también se vestía a los niños hasta los dieciséis años. La toma de la toga viril por los jóvenes daba lugar a una ceremonia religiosa y familiar. Marcaba el pasaje a la edad adulta y el acceso a los derechos del ciudadano.

A veces, en una familia de luto, o cuando un pariente o amigo era acusado de un crimen capital, los hombres revestían una toga de color sombrío, negra la mayor parte de las veces. En ocasión de un triunfo, el general vencedor subía al Capitolio cubierto de una toga bordada, la toga picta, enteramente púrpura, como la que revestía Júpiter Capitolino.

jueves, 17 de diciembre de 2009

LOS ANTIGUOS BANQUETES


Los banquetes romanos son por excelencia una fuente de información sobre la alimentación romana de la época, pero como hemos dicho anteriormente no debemos engañarnos, no se correspondían con lo habitual, no obstante los contemporáneos en época imperial nos han dejado un legado único sobre las extravagancias culinarias de las clases privilegiadas que utilizaban la opulencia como medio para causar la admiración de sus invitados.

Los invitados pasaban a la zona del comedor triclinium, llamado así por los bancos que se utilizaban para estirarse los comensales, ya que nunca fueron utilizados como en la actualidad las mesas y sillas, sino que recostados sobre su brazo izquierdo, los invitados bordeaban la mesa cuadrada que se ubicaba en el centro de la sala, según orden de preferencia del anfitrión, presentados previamente por el esclavo nomenclator, seguidamente venía la presentación de los platos que como mínimo constaba de 7 variedades: los entremeses, tres entradas, dos asados y el postre.

Los entremeses constaban de aceitunas de diferentes variedades, ensaladas, huevos , salchichas, ciruelas de Damasco, etc...
Los entrantes eran: riñones, cabritos, langostas, buey, cochinillos, capones, liebres, todo ello aderezado con salsas bien sea picantes o dulce.
Los asados: cerdos rellenos con salchichas, o morcillas, terneros, etc...
Los postres: pasteles de frutos secos (pistachos, nueces, avellanas, almendras), y fruta variada..

LA COMIDA DE LA ANTIGUA ROMA

el ientaculum o jentaculum (desayuno)

El ientaculum se correspondía con el desayuno o lo que es lo mismo la primera comida del día, hay que tener en cuenta que el romano se levantaba muy pronto por lo que no era normal hacer comidas copiosas, todo lo contrario, por lo general eran bastante simples y casi siempre tomadas de pie, consistían en pan untado con ajo o sal o sin untar ambos acompañados de un pedazo de queso.

el prandium (mediodía)

El prandium era una de las comidas que los romanos se saltaban habitualmente, o la única que hacían en todo el día dependiendo de sus posibilidades económicas. El prandium consitía en una dieta a base de pan, carne fría, verduras y fruta acompañada con vino, pero todo ello en cantidades moderadas.

cenae (noche)

Diremos que la cena romana se producía después del baño al término de la hora Octava o nona, en ella los romanos tomaban verduras como entrantes en forma de ensaladas o la plancha, y carne o pescado: podía ser carne roja o blanca y la manera de confeccionarla pasaba por los asados aromatizados con hierbas o la carne a la plancha aderezada con habas, coles, espárragos, etc.. o pescados diferentes según la época: sardinas, pez espada, etc... , finalizados los segundos platos se pasaba a los postres que solían ser frutas de temporada: uvas, manzanas, peras, etc..acompañadas de vino Nomentum.

Es importante aclarar que los romanos no bebían mientras comían, pues consideraban que el sabor dejado por el vino desvirtuaba los diferentes paladares para los platos de la cena, por lo que su consumo se posponía hasta llegados los postres o finalizados éstos, cuando estaban saturados de comida y llegaba la hora distendida de las largas conversaciones entre los invitados

LA HOMOSEXUALIDAD EN LA ANTIGUA ROMA


Las fuentes históricas disponibles sobre la practica homosexual en la antigua Roma, sus actitudes y aceptación del hecho son abundantes. Hay obras literarias, poemas, grafitos y comentarios sobre las predilecciones de todo tipo de personajes incluso de emperadores solteros y casados. Por otro lado las representaciones gráficas son más escasas que en la Grecia clásica. Las actitudes hacia la homosexualidad fueron cambiando con los tiempos según el contexto histórico, oscilando desde la fuerte condena hasta una considerablemente amplia aceptación. De hecho, fue considerada una costumbre cultural en ciertas provincias.

Tratando estos comportamientos es fundamental recalcar que el término homosexualidad es problemático e impreciso aplicado al mundo antiguo, ni siquiera había una palabra traducible como tal en latín ni en griego antiguo, con el mismo significado que el moderno concepto de homosexualidad. La bisexualidad parece que era la norma, pero ya autores antiguos reconocen que en la antigua Roma había hombres que mantenían relaciones sexuales exclusivamente con hombres.

EL ARTE EN LA ANTIGUA ROMA


Las primeras manifestaciones del arte romano nacen bajo el influjo del arte etrusco, enseguida contagiado del arte griego, que conocieron en las colonias de la Magna Grecia del sur de Italia, que Roma conquistó en el proceso de unificación territorial de la península, durante los siglos IV y III a.C. La influencia griega se acrecienta cuando, en el siglo II a.C., Roma ocupa Macedonia y Grecia.

Hasta cierto punto puede pensarse que el arte de Roma es una imitación y ampliación del arte griego, y por supuesto del arte etrusco, pero el espíritu que animó a los artistas romanos es totalmente diferente de aquéllos. La Roma conquistadora y urbanista trató de unir al sentido estético griego, el carácter utilitario y funcional que sus obras requerían.

Desde el punto de vista cronológico, el arte romano se desarrolló con bastante homogeneidad y autonomía desde el siglo III a.C hasta el siglo V de nuestra Era. Siguiendo las etapas que su devenir histórico marca, destacan al menos la República, hasta el año 27 a.C., y el Imperio, que se extendió desde los tiempos de Augusto hasta la caída de Roma en manos de los bárbaros en el año 476 después de C.

A causa del profundo centralismo ejercido por Roma sobre sus provincias en todos los aspecto de la vida, se originó un arte muy uniforme sin que pueda hablarse de escuelas provinciales, al menos durante la época imperial. No obstante, dada la amplitud del Imperio y su constitución en diferentes momentos, no existe una contemporaneidad cronológica, pues en zonas donde el arte helenístico está más consolidado sus formas artísticas están mucho más evolucionadas que en las provincias más tardíamente incorporadas a la cultura romana.

EL TEATRO ROMANO DE MERIDA


El verano es una época muy recomendable para visitar esta encantadora ciudad, ya que durante los meses de julio y agosto Mérida celebra su famoso Festival de Teatro Clásico, el certamen teatral más antiguo de España y el evento cultural más importante de toda Extremadura.

Los escenarios para las representaciones no podían ser mejores: el Teatro y el Anfiteatro romanos, que en estas fechas se visten de gala para recibir a los grandes autores clásicos. Es una oportunidad magnífica para escuchar las voces de Plauto, Séneca, Eurípides… desde las gradas de un auténtico teatro romano, como hicieran nuestros antepasados hace más de 2.000 años.

martes, 15 de diciembre de 2009

EL LATIN CONTEMPORANEO

Con las apelaciones latín contemporáneo, latín reciente y también latín vivo, se designa la utilización actual oral y escrita del idioma latín, siguiendo el modelo gramatical y la pronunciación del latín clásico.

Si bien precursores propiciaron la reutilización del latín como lengua vehicular desde fines del siglo XIX, las primeras iniciativas concretas tendientes a reinstaurar el latín vivo de manera organizada y a través de estructuras permanentes surgieron en Francia a partir del año 1952 luego de la publicación del artículo titulado El latín o Babel por el profesor Jean Capelle, ex-rector de la Universidad de Nantes.

A partir del congreso internacional que le siguió en 1956, (Congrès International pour le Latin vivant), la utilización del latín hablado fue sostenida por organizaciones académicas y privadas, básicamente en Europa, pero también en los Estados Unidos de América. Estas iniciativas se intensificaron a partir de la década de los 80 favorecidas en parte por la generalización de Internet.